La Terapia Asistida con Animales es un tipo de tratamiento terapéutico en el que un animal entrenado para tal fin, y con un temperamento adecuado forma parte del proceso. La terapia está dirigida por un profesional de la salud, que marca los objetivos del tratamiento, fomentando la mejoría en el funcionamiento físico, social, emocional y/o cognitivo de los usuarios. Se puede realizar con numerosos colectivos, y puede llevarse a cabo en grupo o de forma individual.
En las Actividades Asistidas con Animales no existen unos objetivos terapéuticos, aunque sigue habiendo unos claros beneficios para los usuarios.
Cualquier animal puede actuar como coterapeuta en las intervenciones, siendo el perro el más utilizado por su versatilidad y facilidad para introducirlo en diferentes contextos.
Existen estudios que avalan los beneficios de estas terapias para diferentes colectivos humanos. Como ejemplo de algunos estudios tenemos a Samuel y Elisabeth Corson (1974) con internos psiquiátricos que no respondían a las intervenciones tradicionales, obteniendo un importante aumento de la comunicación, autoestima, independencia y capacidad de asumir responsabilidad para el cuidado de los animales. Otro estudio realizado por Anderson y cols. Con 6.000 pacientes comprueba que los que tienen mascota muestran menos índices de tensión arterial, colesterol y triglicéridos.
Por tanto, trabajar con animales en ámbitos terapéuticos y educativos es una buena herramienta que se puede usar con gran variedad de colectivos, tanto con dificultades como sin ellas.
De la terapia asistida con animales se puede beneficiar cualquier persona (tanto niños como adultos), pero los ámbitos de intervención más habituales son:
· Autismo. · Discapacidad intelectual · Enfermedad mental grave · Ancianos con o sin demencia · Menores en riesgo de exclusión social (tutelados, infractores, etc…) · Violencia de género · Abuso sexual · Déficit de atención · Educación · Talleres